— By IÑAKI GIL / El Mundo

Sufriendo. Pidiendo la hora. Asediado en su área. Sin poder hacer gol y con uno en contra desde el minuto 40'. Así se ha clasificado para semifinales el PSG. La eliminación del Bayern, sumada a la del Barça, es un gran salto adelante para el club de capital qatarí. Consolida su proyecto, reafirma a Pochettino y pesará sobre la decisión de Mbappé, desafortunado esta noche, de seguir o cambiar de aires. La victoria alemana (0-1) llevó los nervios a los parisinos pero no superó la gesta de estos en Múnich (2-3). Hasta que Sané no tiró desde fuera del área en el minuto 25, el mayor ruido en el Parque de los Príncipes lo habían hecho los hinchas parisinos, ausentes de las gradas, presentes gracias a un fuego de artificio desde el exterior. Los locales, serios y ordenados como nunca, defendiendo cerca del área de Navas, apenas solicitado. El Bayern enseñaba sus bazas, la veteranía de Muller, las subidas de sus laterales.

Ese tiro despertó al PSG y sobe todo a su ilustre estrella Neymar que en unas decena de minutos remató dos veces a los palos, hizo lucirse a Neuer y sufrir a Lucas Hernández... y se derrumbó en el área. Fue como si reivindicara el papel de primera estrella que, por sueldo y hoja de servicios le corresponde pero que le ha sido arrebatado esta temporada sin discusión por el joven Mbappé. Los petardos fuera del estadio y las centellas de Neymar se apagaron como cerillas cuando un ex del PSG, una estrella menor que ha emigrado en el ocaso de su carrera, Choupo Moting cazó un rechace de Navas a un tiro de Alaba. Faltaban cinco minutos para el descanso y el Bayern abría el marcador. San Keylor Navas tuvo que hacer una de esas paradas que le van a hacer entrar en la leyenda de la Champions para que el escalofrío que ya recorría el espinazo parisino no se convirtiera en baile de San Vito. El tiro, nuevamente de Alaba. LAS CONTRAS DEL PSG Al revés que en Múnich, el vigente campeón había tirado poco pero mandaba en el marcador. El equipo de Pochettino que transformó en gol la mitad de las ocasiones en tierras alemanes, podía lamentar los disparos al palo pero la realidad es que Mbappé estuvo más sujeto. El PSG pudo matar en el arranque de la segunda parte cuando Neymar no llegó a un balón que se paseó a un metro de la línea de gol, superado el cancerbero germano por un Mbappé veloz que sirvió un pase de la muerte. Pero Neymar no llegó. Era su quinta cita con el gol de la noche, todas concluidas en calabazas. Entre lesiones y expulsiones, el brasileño lleva una temporada para olvidar. Corría el reloj y las urgencias parecían darle a los alemanes una marcha más. Para bien, llevando peligro a los dominios de Navas. Para mal, cuando los nervios se transformaban en agresividad como la fea entrada que le costó una amarilla a Muller. La eliminatoria estaba en el alero. El PSG añoraba

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