Champions: Real Madrid impuso su categoría y vencio al Atalanta 3 x 1 y está en Octavos
Tener a Modric es como firmar un seguro con una buena compañía. No hay siniestro que no atienda. El Atalanta, con las mejores voluntades pero a falta de las selectas calidades de la estantería Champions, no llevó al Madrid hasta ese extremo, pero lo apretó lo suficiente como para que hiciera falta parar la pelota y empezar de nuevo. Lo hizo el croata, al poner orden para, entonces, dejar correr a Vinicius, rumbo a los cuartos. A la espera del Atlético, este Madrid de entreguerras es, por ahora, el único buque de una Armada otrora invencible. No estamos de moda como entonces, aunque hay quienes nunca pasan de moda. [Narración y estadísticas (3-1)]
El partido que propuso el Atalanta no estaba para jugarlo, sino para saber cómo jugarlo, para interpretarlo. El equipo de Gasperini llegaba a Valdebebas a hacer lo que mejor realiza, que es posicionarse en campo contrario, presionar y atacar. Lo cumplió con energía y animosidad, por encima del Madrid en los duelos individuales en el primer tramo, pero sin crear peligro real ante Courtois. Apenas una llegada de Muriel por la izquierda que acabó, blandito, Gosens.
Al equipo italiano, decidido e insistente en la presión, con el desgaste que implican los marcajes al hombre, no le acompaña la precisión y la imaginación en los metros finales, donde se pone en valor todo lo anterior. Sólo dejó el gol de falta de Muriel, excelso. Ello no resta mérito, en absoluto, a su andadura en el Calcio, convertido en una escuadra contracultural, en un equipo de autor que abrió una vía muy interesante en Italia, aunque sin la responsabilidad de ganar títulos. Para eso hacen falta otros argumentos individuales. Son caros, muy caros.
SALIDA A FUEGO
Gasperini no utilizó, inicialmente, a dos de los que más pueden aportar en esas situaciones. Zapata, lesionado en la ida, empezó en el banco y no entró hasta la segunda mitad. Lo mismo ocurrió con Ilicic. Probablemente, el italiano pensó en la energía que iba a necesitar para freír al Madrid con una salida a fuego del Atalanta. La presión sacó a los hombres de ZZ del campo en el primer cuarto del partido. El entrenador francés se volvió a decidir por la fórmula de los tres centrales, a pesar de que en el último encuentro, ante el Elche, no ofreció fluidez.
El problema en esos primeros minutos, sin embargo, no era de sistema, sino de intensidad y posición. El Atalanta obligaba a Courtois a sacar en largo y, a continuación, ganaba los balones largos en las disputas. En esa coyuntura es donde se echa de menos a Casemiro, sancionado: Su relevo, Valverde, pone el físico pero no la posición que distingue al brasileño.
Necesitaba, pues, el Madrid pausa y balón. La puso Modric, que se echó atrás para encontrar balones limpios con los que empezar a construir otro partido. Las posesiones largas cambiaron la tendencia y el Madrid llegó al área italiana con combinaciones, la mejor entre Vinicius y Benzema, aunque sin gol. Ese nuevo partido llevó también al lugar del peligro al croata, que pinta con pincel o pica con mazo, según convenga. Un robo en el rectángulo sirvió a Benzema el gol que aclaraba la travesía.
Modric protege el balón ante su compatriota Pasalic.
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Los espacios iban a ser mayores, dadas las necesidades del Atalanta, un campo abonado para correr, para Vinicius. El brasileño hizo lo imposible y falló lo posible. Es una historia ya contada. Cazó el balón prácticamente en su área, se apoyó y salió lanzado para recibir. Sorteó rivales con la mirada puesta únicamente en la pelota, ante un atónito Benzema, y cuando sólo debía alojar la pelota en la red, lanzó fuera. Es un sino que lo persigue, aunque de semejantes carreras siempre acaba cayendo el fruto. Sucedió cuando fue derribado al entrar en el área.
Ramos lanzó el penalti y celebró su regreso por tiempos, con minutos pactados, con el gol, ya definitivo para la eliminatoria, aunque el lanzamiento impecable de Muriel y un gol nada más salir de Asensio ampliaran el marcador. Para el balear, con el rostro de quien ha perdido algo, debe ser terapéutico. Aquí el puesto se gana cada día. Lo saben bien el capitán y Lucas Vázquez, que festejaron el 2-0 con la complicidad de quienes reclaman la renovación. De eso ya hablaremos, después de cuartos.
ORFEO SUÁREZ /elmundo.es
Foto: Real Madrid Oficial